Llevaba mucho tiempo, desde 2016, con ganas de hacer una crítica sobre esta serie, pero siempre había algún asunto que me lo impedía. Stranger Things (o Cosas Rarunas como ya dijimos en nuestro Facebook hace años) siempre se me resistía, pero este año quiero hablar de ella, ya que esta cuarta temporada iba a ser la última, hasta que recularon y nos regalarán una quinta. Sí, porque allá por 2020, Netflix y los hermanos Duffer avisaron que la serie acababa en la cuarta parte, pero llegó la pandemia y se lo pensaron mejor.
La verdad es que estos nueve capítulos han estado muy bien y hemos disfrutado de seis cortometrajes, dos largometrajes y una locura de duración de capítulo final al estilo Los Vengadores o La Comunidad del Anillo. Además, la serie ha recuperado parte de la esencia de la primera temporada, que fue perdiendo en las posteriores citas. También se ha hecho más adulta, como sus protagonistas, y más oscura, ya que la temporada 4 es un homenaje a los clásicos del terror de los 80, centrando su atención en Pesadilla en Elm Street y en Freddy Krueger. Incluso Robert Englund, el actor que interpretó a este icónico y terrorífico personaje en casi todas las películas, ha tenido un pequeño papel en Stranger Things 4.
El anuncio de una quinta temporada de Stranger Things fue una gran noticia para todos sus seguidores, entre los que nos encontramos.
Una de las cosas que llevo echando de menos desde la primera temporada es más D&D (Dungeons & Dragons), aunque en esta parte lo han sacado un poco de perfil, sobre todo en el primer capítulo. No obstante, la referencia clara a Conan el Bárbaro en el último capítulo de esta temporada me gustó bastante. Otra de las armas destacables de la serie es su banda sonora, que redescubre los clásicos de la época a una nueva generación. Es más, en el último capítulo de la temporada cuatro, el rock es el protagonista. En él, pudimos escuchar uno de los clásicos del género y de Metalica durante un minutito y pico, Master of Puppets (quizá la mejor canción de la banda y que fue lanzada el mismo año en el que se desarrolla la serie, 1986).
Por último, si no habéis oído hablar de esta producción o tenéis dudas de si os puede llegar a gustar, os diré que es una gran serie donde los protagonistas son niños/adolescentes, pero no está hecha especialmente para niños/adolescentes, es decir, que no es apta para todos los públicos. Hay suspense, temor, fantasía, monstruos, amor infantil, juvenil y adulto, rusos como los pimientos del padrón, algunos malvados y otros no, sangre, oscuridad y cenizas, sobre todo en el mundo Del Revés, actos heroicos y bastantes dosis de humor. En definitiva, que estáis tardando en echarle el guante a Stranger Things, no os defraudará.