Si estás a la caza de una serie brutal, divertida, irreverente, con sangre a litros, acción, lucha, tiros, tiros de armas de gran calibre, explosiones, sexo sádico, también con su punto romántico, que te vuelva la cabeza del revés, con planos que se te queden grabados, bien hecha, mejor interpretada (sobre todo por los malos, pero también por los buenos), que sea adictiva y te gustan los superhéroes y todo su rollo, estás buscando The Boys. Probablemente, hasta el momento, la serie más gutural que se ha desparramado por nuestras retinas culturetas.
Aquí los superhéroes son los villanos, los antihéroes son los héroes. Los poderosos, una basura; los pringaos, la leche (incluso uno de ellos se llama Leche Materna, LM para los amigos). La crítica a las todopoderosas Redes Sociales es bestial. Todo es mentira en cuanto hay alguien grabando. A los imperios audiovisuales capitalistas, los deja tiritando. De la religión, mejor no hablar. Todo es un show y como tal tiene que continuar, manteniendo las falsedades oportunas.
The Boys: una parodia a los personajes de DC y a su Liga de la Justicia
Y los más falsos y detestables de todos son los superhéroes, una parodia de la familia DC para ser exactos: Superman es el Patriota; Batman, Negro Oscuro; Aquaman, Profundo; Wonder Woman, Reina Maeve… y así hasta formar Los Siete. Unos superhéroes que piensan que, si lo pueden hacer todo, ¿para qué van a hacer el bien? Con eso se consigue poco. El mundo es suyo y se lo pueden comer con patatas. Y lo hacen de una manera muy grotesca y salvaje.
Los plantan cara cuatro perdedores (Carnicero, Hughie, Frenchie y LM), a los que se añade una súper enseguida (bueno, con el paso de los capítulos serán dos), pero también de las que no encajan con el sistema o luchan por no ser absorbidas por él. La brutalidad de esta pandilla está a la altura de los otros.
En fin, que plantea unos cimientos en los que, si algo puede salir mal, saldrá peor. Y eso, el ritmo, la crítica a las grandes corporaciones (del estilo de Amazon, su productora. Ironía por los cuatro costados), al ultranacionalismo yanqui (la capa de Patriota, quizás el más psicópata de todos los súper, es la bandera de los EE.UU.), el humor negro que dulcifica esta caricatura aberrante, las gamberradas, la ultraviolencia, la sexualidad, la ida de olla general, engancha.
Una serie basada en los cómics del mismo nombre creados por el irlandés Garth Ennis (padre de Preacher), uno de los genios del cómic moderno más punk y provocador, y los lápices de Darick Robertson, adaptados a la pantalla por tres descerebrados como Seth Rogen, Evan Goldberg (juntos hicieron Preacher, el buen rollo entre ellos viene de lejos) y Erik Kriple.
The Boys tiene dos temporadas, hasta ahora, pero hay firmadas otras dos
The Boys, hasta el momento, está compuesta por dos temporadas de ocho capítulos de una hora de duración, aunque Amazon Prime ha renovado hace tiempo su tercera temporada. Por lo que se sabe, están en su fase de escritura. De hecho, hace unos días, Erik Kriple, compartió en su cuenta de Twitter la portada del sexto capítulo de la Temporada 3: Herogasm. Una fiesta anual de lujuria y desenfreno de alcohol y drogas entre súpers. Promete.
Además, la asociación de profesionales de la crítica estadounidense la ha considerado la mejor serie de superhéroes en los Critics Choice Super Awards 2021 y se ha convertido en la más popular de Estados Unidos, desbancando al resto de su género (por encima de las de Marvel/Netflix), según datos proporcionados por Parrots Analytics. El boca-oreja a veces funciona, y este es un ejemplo.
Si después de esto te han entrado unas ganas locas de ver la serie:
Si quieres pillar los tres tomazos de cómics de a dos kilogramos de peso por barba de la adaptación de la serie, aquí los tenéis ordenados:
Si lo tuyo son las novelas gráficas originales, aquí van las seis que hay publicadas hasta la fecha ordenadas:
Y eso es todo, amigos. Disfrutadla, porque os vais a volver en theboysadictos; su sátira a todo lo que se menea y huele un poco raro es brutal. Espero vuestros comentarios a través del blog o de nuestras Redes Sociales. ¡A por ellos!