Con este nombre, toda una declaración de intenciones, este tinto no puede ser más que un joven. Pero ojo, no cualquier joven. Procede de Cenicero, el corazón de Rioja, y está elaborado por Jesús Manuel García Ortega, un auténtico indomable, así que el nombre le viene que ni pintado. Quietos ahí, hay más. Cuando no era aún nadie y empezaba en esto del vino, hace ya la tira, el periodista riojano Pablo García-Mancha le dedicó una doble página bajo el titular: «J. Manuel García, un Corazón Indomable». Ahora el bodeguero le homenajea como mejor sabe, dedicándole un vino. Pedazo de historia, no me digáis.
Este detalle ya le describe bastante, pero vamos a ahondar un poquito más. Amante del ciclismo, de hecho llegó a correr de manera profesional, Manuel dirigió durante 14 años un par de bodegas de las grandes (Zinio y Marqués de Terán) para terminar volviendo a la raíz y montar su propia bodega con el viñedo familiar: Bodegas Mazuela. Ahora es cuando realmente está disfrutando de su trabajo y eso se nota en sus vinos. Este Corazón Indomable le tiene loco, porque él tarda unos tres o cuatro años en dar con la fórmula de elaboración y aquí salió todo rodado a la primera.
Una Tempranillo auténtica, joven, violácea, con esos aromas a fruta fresca
Es una Tempranillo auténtica, joven, violácea, con esos aromas a fruta fresca de las maceraciones carbónicas, pero más fino. Fresco, pero sin astringencia ni verdor alguno, de hecho está desgranado manualmente, uva a uva, labor para la que engaña a toda la familia y amigos que se prestan. Es un vino con mucha verdad, y es que los jóvenes, aunque parezcan las elaboraciones más fáciles, ponen a prueba al más pintado. Este pasa todos los exámenes con notaza. Un vino que, aunque sea tinto y pese a su nombre, está domado y es muy fácil de beber en verano, cuando no nos apetecen las complicaciones y rotundidades de los crianzas.
Por todo ello, es un vino todoterreno, de copeo y para sentarte a comer con él sin complicaciones. Le van bien un picoteo, un terraceo, una barbacoa, un pescado azul a la brasa, incluso hasta espárragos trigueros a la plancha. Un vino para disfrutar y hacer disfrutar.