En esta ocasión no abandonamos las galaxias, aunque no nos vamos a una tan lejana, y continuamos con nuestra vena espacial, y de series en general, para hablar de Star Trek: Discovery. Esta nueva incorporación al universo trekkie, el cual llevaba huérfano desde 2005 y Star Trek: Enterprise (de cuatro temporadas y bajos índices de audiencia), nos ha gustado bastante. La apuesta de Netflix en 2017 por la competencia directa de Star Wars, y de Disney, la cual ya andaba detrás de sacar Disney +, su propia plataforma de streamming, y se encontraba cancelando series de Marvel en Netflix sin parar, creemos que fue muy acertada.
Sin entrar en demasiada comparación, ya que pueden ser odiosas, Netflix ha hecho con Star Trek lo que Disney no pudo con Star Wars, es decir, respetar el universo original y darle su toque personal. Tenemos una frase entre los informáticos que podría definir perfectamente la anterior afirmación: si funciona, no lo toques. Esto es lo que ha hecho Netflix y sus creadores Bryan Fuller y Alex Kurtzman; no tocar. Además, Star Trek: Discovery es una serie que se puede ver con los niños y no una serie para niños. Parece lo mismo, pero la diferencia es abismal.
Star Trek: Discovery está ambienta una década antes que la serie original
Si nos centramos en Discovery y en sus tres temporadas, la serie es bastante buena, incluso si no eres seguidor de la franquicia. Está ambientada una década antes de la serie original y sigue un rumbo independiente. Si bien tiene conexiones con el universo Star Trek y con algunos de sus personajes más carismáticos, no influye en los acontecimientos que luego suceden, sino que viene a llenar vacíos en la historia. Entre el final de la segunda y la tercera temporada hay un giro bastante interesante, que cambia toda la percepción de la serie para bien. Abandona ese cierto aire vintage, lógico por la trama, para evolucionar. Esta alteración está muy bien llevada y queda redonda.
Lo mejor que tiene son los actores y, por encima de todos, los capitanes. El elenco de protagonistas principales está impresionante en general y conectas con todos casi desde el primer capítulo. Para mí, la que está peor (y solo en algunos capítulos, por ciertos giros argumentales) es Michael Burnham (Sonequa Martin-Green). No me termina de llenar como heroína, pero aun así, cumple. Mención especial tiene Anson Mount, que ya me cautivó en Infierno sobre Ruedas y su Cullen Bohannon, Anthony Rapp como ingeniero jefe y oficial científico, y Michelle Yeoh, con el cambio tan radical que experimenta a lo largo de la serie.
Ojo con Netflix que no está seguro que continúe con ellos para el resto de temporadas Star Trek: Discovery
Para terminar os diré que es una serie muy recomendable para los fans de Star Trek, como yo (aunque no llego a considerarme trekkie, esos son palabras mayores) y para las personas que les guste la ciencia ficción en general. Son 42 episodios (por ahora, porque está firmada una cuarta temporada, pero se ha retrasado por la pandemia) de unos 45 minutos, entretenidos y fáciles de ver. Hay alguno que otro de relleno, pero son pocos y tienen su gracia. Si os va el coleccionismo o simplemente queréis tener una caja con las dos primeras temporadas (la tercera aún no está a la venta), os dejo unos enlaces para que podáis comprarla. Aunque tengáis Netflix, ya sabemos lo que suele hacer, eliminando de su catálogo series o películas sin previo aviso, así que más vale prevenir, ¿no?
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Como últimamente estamos muy a tope con la ciencia ficción, no queríamos dejar pasar la ocasión de volver al universo trekkie después del buen