Cuando te encuentras con la variedad Monastrell, el cerebro se prepara para sensaciones alcohólicas poderosas y la boca para una acidez considerable, sostén de ese grado por el que son conocidos estos vinos mediterráneos. Sin embargo, este SF Monastrell Joven 2017 es…, ¡fresco!, y eso te descoloca a la primera, a la segunda, y cuantos más sorbos le das, menos sabes dónde estás. Aunque lo que tienes delante es un Señorío de Fuenteálamo Monastrell Joven 2017.
Situémonos: este vino tan peculiar procede de la DO Jumilla, esa denominación a caballo entre Albacete y Murcia cuya variedad bandera es precisamente la potente y carnosa Monastrell, que aquí, no me canso de subrayarlo, muestra frescura. Está elaborado por Bodegas San Dionisio (Sociedad Cooperativa), situadas en Fuente-Álamo, en la parte manchega del asunto, a 820 metros de altitud, quizá esté ahí el quid del frescor, junto a sus suelos pobres.
Elaborado mano a mano por dos pesos pesados de la región, que consiguen hacer vibrar a la variedad, haciendo vinos francos y directos
Elaborado mano a mano por dos pesos pesados (son grandes, pero no lo digo mirando solo a la báscula, no me seáis mal pensados) de la enología de la zona: Pedro Sarrión y Silvano Guirao, que consiguen hacer vibrar esta variedad y obtener vinos francos y directos, como también lo es Mainetes 2015, su Monastrell procedente de pie franco (no injertado) con mayor crianza, 12 meses que bastan.
Ambos también trabajan con Merlot y Syrah, haciendo monovarietales muy honrados, y yo que, como sabéis, soy de blanco, siempre que me asomo por San Dionisio, me cargo de Macabeo, Verdejo y Sauvignon Blanc también elaborados cada uno en solitario y con la etiqueta SF, es decir, Señorío de Fuenteálamo, pero que bien podría equivaler a Saben Fenómenos.
Señorío de Fuenteálamo Monastrell Joven 2017 marida bien con cualquier plato de la tierra
En el plato, a este Monastrell joven lo acompañaría con cualquier empanada (en Jumilla son típicas las de patata, sí, como lo leéis). Un guisote de bacalao le puede ir también de perlas. En plan carnívoro, meterle cualquier brasa y disfrutar.
Nota: Que no se me enfanden las otras denominaciones en las que la Monastrell (también conocida como Mataró o Mourvèdre) es el ama de la fiesta, como sucede con Alicante, Yecla y Bullas, ahí las nombro para que no se me enojen.