Ante la noticia de que Bob Dylan es el nuevo Premio Nobel de Literatura 2016, no me queda otra que exclamar como lo hizo la gran Saritísima en su momento: ¡Pero qué invento es este! Parece ser que la Academia sueca considera que el músico ha creado: «nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense». A mí me parece un argumento endeble para conceder tan prestigioso galardón. Porque cuando se hace público este premio se habla de Literatura con mayúsculas y a nivel mundial, y no creo que el rockero pasado a folk singer, del que tan solo se ha publicado un tomo de una prometida trilogía autobiográfica (Crónicas, allá por 2004) lo merezca.
Vale que es un tipo creativo, que también pinta y trabaja con forja; pero señores, ¡estamos hablando de un premio literario! Ya existen otros galardones para reconocer méritos musicales, escultóricos o pictóricos. Esto es el mundo al revés.
Bob Dylan no es escritor y autobiografía no lo justifica como Nobel de Literatura 2016
Así que no, no estamos para nada conformes con la decisión de que Bob Dylan sea el Nobel de Literatura en 2016. No ya porque hay otros autores que se lo merezcan más, sino porque estos caballeros suecos de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (parafraseando a Monty Python) podrían haber elegido a otro músico con mayores dotes líricas que Dylan, de quien según han escrito por ahí estos días «en lugar de leer sus poesías en deprimentes recitales tiene por costumbre cantarlas». Pero será él el que abra el baile de honor en Estocolmo el próximo 10 de diciembre ante la familia real sueca. ¡Así es la vida!
Mi más sentido pésame al resto de autores norteamericanos que llevan años sonando en las quinielas (Philip Roth, Thomas Pynchon o Don DeLillo), de todos es sabido que cuando el jurado sueco premia a un autor de un país, tardan décadas en dejarse caer por el mismo sitio.
Que le den el Nobel de Literatura a Bob Dylan es como si a Tolkien le dieran un Grammy o un Premio de la Música por las canciones de El Hobbit u otras historias (ya que nos ponemos, tiene más que Dylan libros y son más conocidas). Irse al pedo, señores que dan el Nobel.